sábado, 13 de noviembre de 2010

MEDITACIÓN Y EMPRESA

Lo prometido "endeuda", así que cumpliremos. Hablaremos de meditación y empresa. Para no volvernos locos he buscado una definición de meditar y he buscado en un ámbito occidental. En este caso el Diccionario de la RAE. Como siempre da una definición estupenda: "Aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo". Nos vale. Tengamos una mente abierta.

Aunque no vivo en Madrid, presumo de vivir en un pueblo de Guadalajara, es raro el día que no voy a Madrid por trabajo u ocio. Me llama la atención las prisas de la gente. Corren de un lado al otro como si hubiera escasez de todo. Corren hasta para pasear, algo inconcebible para los que vivimos en un pueblo. Y en las empresas se corre más todavía. Todo el mundo está estresado. Los despidos de muchos compañeros hacen que la carga de trabajo individual se dispare. Por más que corren no van a acabar nunca. Ya sabéis: "Correr mucho para no perder el sitio". Incluso con metáforas africanas: "Cada día que el sol se levanta en África una gacela sabe que para sobrevivir debe correr, al menos, como el más rápido de los leones. Y un león sabe que debe correr más rápido que la más lenta de las gacelas". Es algo parecido. Con prisas es difícil llegar a ninguna parte. Como dice José Luis Sampedro: "Parar para hablar".
Cuando hay un problema los jefes dicen: "corre date prisa, haz algo". Y así nos sucede que hacemos cosas que empeoran el problema pero "que no nos puedan acusar de no hacer nada". Senge, al que volveremos a citar, pone un ejemplo claro: si una bisagra chirría y le echas agua deja de hacer ruido, pero el agua oxidará más la bisagra y volverá a chirriar con más fuerza". En las empresas hay mucha gente que sólo sabe echar agua en donde no debe... y muchos ascienden... y provocan crisis financieras mundiales.
Si ves a un directivo de una empresa en su despacho (si es que quedan despachos) con los ojos cerrados y "aplicando el pensamiento con profunda atención a algún problema", seguro que piensas que se está echando una cabezadita. Cuando en algún curso hemos dado cinco minutos para meditar, los participantes se han puesto de los nervios.
El caso es que bastantes pensadores de las organizaciones suelen practicar meditación. A bote pronto se me ocurren Goleman y Senge. Muchos recomiendan que los ejecutivos hagan meditación pero no sé si la empresa es un buen marco para meditar. ¿Nos podemos concentrar en medio de tanto jaleo y con tantas interrupciones?
Sin duda es necesario ir introduciendo hábitos mentales saludables en un entorno empresarial. En la entrada anterior vimos los beneficios que la meditación aporta al cerebro. Habrá que buscar espacios tranquilos de meditación en nuestros trabajos. Espacios en los que el cerebro se calme y se concentre. Porque ya sabemos que con prisas, miedo y tensión el cerebro trabaja desde la zona límbica y sólo sabe atacar y huir. Y eso es exactamente lo que parece que sólo saben hacer nuestras organizaciones.

Besos y abrazos