jueves, 7 de julio de 2016

LAS OPCIONES NO SE ELIGEN, SE RESTRINGEN

Estos días charlo con amigos (afortunadamente, con los amigos se charla y no se discute) sobre los ordenadores, robots, cerebro... Algunos de ellos trabajan con programas informáticos que predicen la conducta humana o, al menos, eso es lo que ellos dicen que hacen. Así que no pude evitar contarles mis problemas con un cajero automático.
Llegué con la idea de sacar cuarenta euros. Metí la tarjeta, tecleé la clave y apareció un mensaje debajo de las casillas para escribir la cantidad del reintegro: "Solo múltiplos de diez". Así que escribí: "40". El cajero "respondió": "Solo múltiplos de diez". Esta vez el mensaje estaba escrito en negrita. Supuse que solo tenía billetes de cincuenta euros, pero me apetecía tener cambio  y, además, no parecía contradecir nada. Una vez más tecleé: "40". esta vez la pantalla emitió un pitido y el mensaje no solo aparecía en negrita sino en un fondo rojo chillón: "Sólo múltiplos de diez". Pues seguimos el juego: "40". Esta vez la respuesta fueron tres opciones: 50, 100, 150 euros. Como necesitaba el dinero el cajero ganó la partida. Me fui refunfuñando (qué palabra) sobre el imbécil que había diseñado el programa y que estaría orgulloso de su programación "a prueba de errores". Y yo pensé que "las máquinas" no predecían mis necesidades, si no que las restringían y tenías que "pasar por el aro". Eso no es predecir la conducta... es forzarla.
Damasio lo explica con más elegancia en el artículo que recomendé en la entrada anterior. Pero qué vida más aburrida nos espera si todas las predicciones de los ordenadores van a ser de ese tipo.

Besos y abrazos.

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